La igualdad puede salvar el planeta

Comparte este artículo

Cristina Lunghi es Presidenta de la Asociación Arborus y doctora en Derecho. Aboga por hacer de la igualdad profesional el pilar de un nuevo mundo.

A principios del siglo XXI, la emergencia climática nos obliga a inventar un nuevo mundo si queremos garantizar la supervivencia de nuestra especie.  

Afortunadamente, las nuevas generaciones ya han pasado a la acción empezando a cambiar su comportamiento de consumo y desafiando, con sus elecciones de estilo de vida, los sistemas de organización y gobernanza construidos durante miles de años y marcados por el patriarcado. Estos sistemas nos han llevado a un callejón sin salida y amenazan con poner al planeta de rodillas. Como actores del viejo mundo, tenemos el deber de acompañar este cambio para redefinir un proyecto sostenible para la humanidad. 

En mi opinión, el nuevo contrato social sólo puede basarse en un cambio radical: el de la igualdad de género, para construir una sociedad más equilibrada.  

La igualdad de género como base de todos los derechos

El siglo XX ha traído más convulsiones a la historia de la humanidad que los 200.000 años anteriores. También supuso un cambio irreversible que revolucionó los antiguos patrones sociales, societarios, económicos, políticos y religiosos. Este fenómeno es el aumento de las mujeres fuera de la estricta esfera familiar. Gracias a los avances médicos, las mujeres han podido ser, por primera vez en la historia, libres de su cuerpo y, por tanto, dueñas de su futuro.  

Para que esta libertad sea completa, cada persona debe ser capaz de mantenerse económicamente. Así, la emancipación económica de las mujeres se ha convertido en una prioridad en todo el mundo. También es uno de los principales objetivos de la ayuda al desarrollo y de las políticas de reducción de la pobreza. 

Mejor aún, estamos comprendiendo que para salvar el planeta, necesitamos la igualdad de género: es la única manera de cambiar la faz del mundo, porque es cierto que sin igualdad de género, no hay derechos posibles. Por lo tanto, la igualdad de género es el primer paso para cualquier progreso social. Del mismo modo, en las empresas, es la base de cualquier compromiso de responsabilidad social. 

La promoción de la mujer fomenta el desarrollo sostenible

Ya sea apoyando el emprendimiento de las mujeres en África, permitiéndoles el acceso a la tierra para cultivar productos ecológicos o ayudando a las jóvenes de barrios desfavorecidos en Francia a encontrar empleo: todas estas acciones contribuyen a los 17 objetivos de desarrollo sostenible definidos por las Naciones Unidas para 2030, entre ellos la lucha contra el hambre, el acceso a la salud, la educación, el empleo digno y la lucha contra el cambio climático. 

En la actualidad, el sector privado está aplicando progresivamente estrategias de igualdad de género, con vistas al rendimiento y la estabilidad necesarios para el desarrollo económico. Con la ayuda de sus interlocutores (interlocutores sociales, asociaciones, grupos de reflexión), las empresas buscan soluciones para garantizar la sostenibilidad de su actividad y adoptan una visión global que integra las nociones de igualdad, equidad y sostenibilidad. 

Así, a partir de un fuerte compromiso con la igualdad de género, se anima a las empresas a financiar proyectos de agricultura ecológica, redistribución de excedentes alimentarios, educación, depuración del aire y el agua, etc. para mejorar las condiciones de producción y su impacto en el medio ambiente o la salud. 

LEA NUESTRO ARCHIVO COMPLETO

Es necesario un reinicio global. Podemos ver cómo la igualdad puede ser el punto de partida de políticas innovadoras para el desarrollo sostenible. Por primera vez en 2019, la etiqueta GEEIS (Igualdad de género Normativa europea e internacional) creado por Arborus tendrá en cuenta el vínculo entre la igualdad profesional y los objetivos de desarrollo sostenible. La igualdad es el principio básico de un mundo sostenible.