Sarasvati, ¿dónde están las mujeres?
"El día después no será como el día anterior
La frase del presidente Macron "el día después no será como el día antes" ha provocado una gran reflexión por parte de grupos de reflexión, asociaciones, personalidades, etc. Cada uno de ellos, a través de su propia lente, trata de imaginar un mundo nuevo, de ver un mañana más brillante. Se han publicado aquí y allá peticiones, cartas abiertas, "golpes de gueule", etc.
Al leer muchos de estos documentos que proponen otro mundo, me llama la atención que pocos de ellos aborden el tema de la igualdad entre los dos polos de la humanidad: el de las mujeres y el de los hombres. Tomemos el ejemplo del "programa de Nicolas Hulot", que sitúa este tema en el puesto 57. ¡Sin comentarios!
Por supuesto que el medio ambiente es una cuestión esencial, pero ¿no estamos hablando del tema equivocado?
La crisis de Covid-19 ha demostrado magistralmente que no es el planeta el que necesita ser salvado sino la Humanidad.
El planeta se salva a sí mismo en cuanto los humanos desaparecemos. Cuántos vídeos encantadores han circulado por las redes sociales mostrándonos patos paseando por la rue de Rivoli, ciervos en las calles de Senlis, cisnes en los canales de la Serenísima, que han recuperado su calma y pureza... ¡por no hablar del cielo de Pekín, que ha vuelto a ser azul y transparente! La naturaleza es más fuerte y resistente que nosotros. ¡Sólo necesitamos estar encerrados durante dos meses para que se haga cargo!
Los humanos, en cambio, tuvieron que desaparecer de la noche a la mañana de la faz de la tierra, encerrados entre sus muros.
Pero esto no ha tenido ningún efecto sobre los pensadores y denunciantes. Se anuncia un "acuerdo verde" y, al mismo tiempo, se pide a todo el mundo que vuelva a las actividades de ayer lo antes posible. Pero además de nuestra dependencia de la naturaleza cuando no es lo contrario, Covid19 ha demostrado que es la causa del aumento de las desigualdades en general, pero sobre todo que la más flagrante y universal es la existente entre mujeres y hombres.
¿Cómo es posible que todos estos pensadores hayan pasado por alto esta revelación? ¿Cómo no pensar, como humanos, que nuestro capital más preciado, que debemos valorar y preservar, es el capital humano?
La respuesta se encuentra en una larga historia, la de nuestra propia historia, de la distribución de roles entre hombres y mujeres y la estructuración social que sigue.
Pero precisamente, si el mundo del futuro no debe ser el mundo del pasado, entonces cambiémoslo para mejorarlo y atrevámonos a pasar a un sistema de igualdad. Mientras el mundo esté desequilibrado en su propia esencia, podemos imaginar todas las soluciones para el desarrollo sostenible, pero el mundo seguirá enfermo de sus desigualdades. La prioridad es establecer un mundo más justo y, por lo tanto, más sostenible. Sin embargo, hoy en día la igualdad sólo se considera de forma transversal en el mejor de los casos, desde una perspectiva victimista en general, y en absoluto la mayoría de las veces. Insto a los directivos de las empresas, a los directores de RRHH, a los directores de RSC, a los directores de D&I, etc., a que actúen en esta dirección. Porque este es el sentido de la HISTORIA.
Cristina Lunghi, Presidenta - Fundadora Arborus